Vitamina D: qué es, beneficios y suplementos

Vitamina D: qué es, beneficios y suplementos

La vitamina D es un complemento vitamínico esencial para nuestro organismo. Es la responsable de que nuestros huesos estén fuertes, y contribuye a una adecuada función inmunológica y muscular. Pese a la importancia de esta vitamina en nuestro organismo, según datos publicados por la European Journal of Clinical Nutrition, se estima que un 40% de los europeos tienen un déficit de dicha vitamina. Por eso desde Farmacia Frías queremos hacer un llamamiento a la importancia de esta vitamina. 

¿Por qué es importante la vitamina D?

La vitamina D ayuda a la absorción de calcio de los alimentos, un mineral esencial para nuestros huesos que evita que se vuelvan delgados y frágiles, lo que se conoce como osteoporosis. Es muy importante en todas las edades, ya que en niños evita que se pueda dar raquitismo, una enfermedad que hace que las piernas estén muy delgadas y cóncavas, y en adultos evita que se produzcan fracturas de hueso.

Asimismo, la vitamina D está relacionada con un adecuado funcionamiento del sistema inmunológico. Son varios los estudios que relacionan ésta con una reducción del riesgo de padecer ciertas enfermedades como puedan ser: diabetes tipo 2, algunos cánceres, enfermedades cardiovasculares o cognitivas.  

El déficit de vitamina D muchas veces es asintomático (no muestra signos ni síntomas de una enfermedad), aunque en casos más acusados puede estar relacionado con cansancio y fatiga, dolor muscular u óseo. 

¿Quiénes son las personas con mayor riesgo de déficit de vitamina D?

Cualquier persona puede ser susceptible de padecer un déficit de vitamina D. No obstante, hay ciertos grupos de personas que muestran una mayor prevalencia. Los grupos de riesgo pueden ser:

  • las personas que viven en sitios con poca luz solar.
  • las personas obesas, ya que la vitamina D se almacena en los adipocitos (células grasas) estando en menor proporción libre en sangre, por lo que sus requerimientos son mayores.
  • las personas con problemas digestivos que intercedan en la absorción de nutrientes como pueden ser la celiaquía o la enfermedad de Crohn.
  • Las mujeres embarazadas o lactantes también requieren unas cantidades superiores y en varias ocasiones no se cumplen con los requerimientos necesarios.
  • Finalmente, nuestras personas mayores son las más susceptibles ya que con la edad la piel se vuelve más fina y menos hidratada y le resulta más difícil sintetizar la vitamina D a partir de la luz solar. 

¿Cómo podemos obtener vitamina D?

La fuente de mayor biodisponibilidad es la luz solar. Cuando nos exponemos al sol, nuestra piel sintetiza de forma natural la vitamina. Es por eso que los expertos recomiendan exposiciones controladas de 10-20 min al día para poder generar la cantidad de vitamina necesaria. Sin embargo, no debemos olvidar que una exposición prolongada a los rayos UVA puede resultar dañino para nuestra piel y puede producir a largo plazo cáncer de piel. Por ello, aunque el sol sea nuestra mejor fuente, siempre debemos exponernos con protección solar para evitar los efectos dañinos. 

Otra forma de obtener vitamina D es mediante la dieta. Los pescados azules son ricos en esta vitamina, destacando, sardinas, anchoas, atún, arenques, salmón y el hígado de bacalao. Estos alimentos pueden ayudarnos a alcanzar las cantidades necesarias de vitamina D, aunque en conjunto el aporte que nos dan no es suficiente como para cumplir la concentración mínima. 

En determinadas personas y casos donde una dieta equilibrada combinada con una exposición controlada al sol no es suficiente para llegar a los requerimientos nutricionales, se pueden tomar suplementos como tratamiento coadyuvante. En caso de requerir un aporte nutricional se le recomienda visitar a un profesional sanitario para que le aconseje qué y cómo debe tomárselo.

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