En Farmacia Frías sabemos que la dislexia es un trastorno en la escritura o en la lectura dado en niños que tienen una buena capacidad para aprender.
Estas dificultades de lectura y escritura son reiteradas y no se corrigen con el paso del tiempo.
La dislexia puede ser diagnosticada hasta en un 5% de la población escolar, lo que indica que en un aula de 20 o 25 niños, al menos, existe un caso.
Principalmente la familia o los profesores son los primeros en darse cuenta de que un niño padece este trastorno, pero debe ser un orientador escolar, un psicólogo o un pedagogo quien haga el diagnóstico. Esta evaluación se realiza mediante pruebas estandarizadas que verifican si el niño sufre dislexia.
En la dislexia, la dificultad y lentitud en la escritura y lectura suelen ser habituales, no obstante, existen otros datos que debemos consultar antes de entrar en alerta y consultar con el orientador escolar:
-Si el niño, al escribir, invierte los números o letras, hace los giros al revés, y sigue haciéndolo un año después de hacerlos aprendido.
-Omite alguna letra de una palabra, por ejemplo en lugar de escribir «lápiz» escribe «lápi».
-Cambia el orden de las letras, especialmente en las sílabas que contengan las letras «l» o r», como por ejemplo «palta» en vez de «planta» o «golbo» en lugar de «globo».
-Cuando el niño escribe una frase, une algunas palabras, como «el coche azul esdeJorge».
-A la hora de leer, se repiten algunos de estos errores de inversión, omisión o adicción.
Si alguno de los padres del niño a sufrido este trastorno, la probabilidad de que él padezca dislexia es mayor que en el resto de la población. Está demostrado que alrededor del 60% de niños que sufren dislexia tienen un progenitor también disléxico.
¿Tiene tratamiento?
La dislexia tiene su origen en una disfunción cerebral, pero la reeducación permite corregir y mejorar muchos de estos errores provocados por el trastorno.
Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejor será su pronóstico, pero deben ser los especialistas (profesorado, logopedas, psicólogos y pedagogos) los encargados de reeducar a los niños, los padres también tienen un papel muy importante en casa.
En algunos casos, estos problemas pueden observarse en niños que presenten otros problemas como problemas del desarrollo o del aprendizaje en general y déficit de atención, por lo que suele ser necesario llevar a cabo una valoración clínica.