¿Qué pasa cuando se duerme mal o demasiado poco? ¿Sabías que más del 50% del envejecimiento de la piel está relacionado con factores externos relacionados con nuestro estilo de vida, como el sueño?
Los trastornos y la falta de sueño tienen consecuencias más allá del simple cansancio: repetidas noches cortas van a hacer que nuestra piel se resienta a largo plazo. Y es que acelera significativamente el envejecimiento de nuestra piel. Veamos cuáles son los efectos de sueño en la piel.
El sueño regenera nuestra piel
Durante el día, la piel ejerce su función de barrera y protege el organismo contra las agresiones ambientales: sol, viento, contaminación… Y por la noche se regenera, aprovechando el descanso. De este modo, el sueño no sólo ayuda a mantener la piel sana, sino que también hace más lento el proceso interno de envejecimiento.
La piel se hidrata
Al dormir se suda sin que el agua se evapore tan rápido como durante el día. Esto contribuye a hidratar la piel.
Se regeneran los tejidos
Las células se renuevan mucho más rápido que durante el día, especialmente entre la 1 y las 2 de la mañana. La producción de colágeno y elastina, responsables de la firmeza de nuestra piel aumenta al principio de la noche gracias a los picos de secreción de la hormona del crecimiento, que facilita la cicatrización y hace que la piel sea más gruesa.
Purifica y protege la piel
Durante el sueño aumenta la llamada micro-circulación. Las células de la piel reciben más oxígeno y nutrientes, lo que les permite funcionar con su máximo potencial.
La melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño y cuyo pico de secreción se produce sobre las 2 de la mañana, protege las células cutáneas de los radicales libres gracias a su acción antioxidante.
Por estos motivos, sin duda es importante favorecer el sueño tan a menudo como te sea posible. Le dará a tu piel la mejor oportunidad de estar sana, regenerada y descansada. Y así resistirá más los signos del envejecimiento.
¿Qué consecuencias tiene la falta de sueño en la piel?
Lo habrás notado en más de una ocasión: después de noches demasiado cortas, el aspecto de tu cara cambia. Se acentúa el aspecto de «cansada». Tono apagado, ojeras, ojos hinchados, piel arrugada son signos que delatan a corto plazo una «mala» noche, la falta de sueño o de mala calidad. Y es que la falta de sueño a largo plazo expone a las mujeres a un envejecimiento prematuro de la piel. Sus consecuencias son:
- Una piel más frágil y arrugada por estar deshidratada.
- Un tono apagado y ojeras más pronunciadas debido a la disminución de la micro-circulación.
- La piel se vuelve más fina y frágil debido a la disminución de la renovación cutánea.
- Una disminución de la densidad y un aumento en la flacidez de la piel, debido a la disminución de la síntesis de colágeno.
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