Se está hablando mucho este verano del método Dukan, una dieta creada por el nutricionista francés Pierre Dukan hace más de 10 años.
Posiblemente tengáis conocidos que os confiesen estar siguiéndola para ponerse en forma y os cuenten que de momento les funciona y han adelgazado fácilmente varios kilos en poco tiempo. En definitiva, que os descubran una dieta que ofrece resultados, la principal baza de cualquier método de adelgazamiento.
El método Dukan consiste en una dieta pobre en carbohidratos y rica en proteínas, que consta de cuatro fases denominadas ataque, crucero, consolidación y estabilización, y que propone perder peso de una forma natural, comiendo al principio mucha proteína, bebiendo mucha agua y realizando una caminata diaria de 20 minutos. En su página web oficial, definen sus objetivos como «un regreso a los alimentos fundadores de la especie humana, de los primeros hombres cazadores y recolecotres: las proteínas y las verduras».
Pero no sólo debemos guiarnos por la eficacia para adoptar un método u otro.
Al informarnos mejor, descubrimos que se trata de una dieta hiperproteica y desequilibrada que no incluye todos los nutrientes que el cuerpo necesita. Una dieta saludable tiene que incluir todos los grupos de alimentos: verduras, frutas, cereales, lacteos, hidratos, grasas, proteínas, etc. Por esta razón, el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nuticionistas (GREP-AED-N) asegura que ninguna de las bases de datos científicas españolas o internacionales contiene ningún estudio que haga referencia a esta dieta o que apoye su eficacia o seguridad.
No es de extrañar, debido a dicha desproporción nutritiva, que su seguimiento conlleve efectos secundarios. El propio Pierre Dukan advierte de algunos de ellos: mal aliento, estreñimiento, sequedad de boca, calambres o fatiga. Además la GREP-AED-N sostiene que «la alta ingesta de proteína ha sido asociada a enfermedades crónicas como osteoporosis, cálculos renales, insuficiencia renal, cáncer, enfermedad cardiovascular y obesidad».
En conclusión, no es una dieta saludable. A la hora de perder peso es fundamental establecer una alimentación sana y realizar ejercicio de forma regular. Ambos pilares no pueden faltar. Y por supuesto, antes de iniciar cualquier dieta de adelgazamiento debemos consultar a nuestro médico cuál es la más adecuada para nuestro caso en particular.