Para prevenir a aparición de arrugas, manchas y otros signos de envejecimiento cutáneo, tienes el poder de actuar sobre los factores agravantes del envejecimiento cutáneo, de los cuales más del 50% son debidos a nuestro comportamiento y nuestro entorno, como el sol, la nutrición, el sueño y el estrés. Hablemos de la protección del sol, tan necesaria incluso fueras de la playas y fuera de temporada.
¿Cómo actúa el sol sobre la piel?
El sol actúa de forma positiva en nuestro cuerpo gracias a la acción de sus rayos ultravioletas (UV), ya que participan en la síntesis de la vitamina D. Pero para que esta síntesis se lleve a cabo, sólo necesitamos de 10 minutos de sol al día. Si nos exponemos sin precaución por un tiempo superior a estos 10 minutos, nos arriesgamos a padecer quemaduras de sol, alergias a corto plazo… y envejecer más rápido a largo plazo.
El bronceado se produce por los rayos ultravioleta, ya que estimulan la producción de melanina, molécula tuque pigmenta nuestra piel. Pero hay que distinguir los rayos UVB, que son directamente responsables de las quemaduras de sol y los rayos UVA, que actúan de forma más profunda y a largo plazo. También existen los rayos UVC. Son extremadamente cancerígenos, pero se habla muy poco de ellos porque la mayoría son filtrados por la capa de ozono y los que alcanzan la tierra son detenidos por la epidermis.
Rayos UVA
Los rayos UVA nos broncean, al reaccionar con los pigmentos que ya están en la piel. Pero es un bronceado que no dura. Además del riesgo de cáncer, son responsables del envejecimiento cutáneo prematuro. También actúan sobre las moléculas de colágeno y elastina, que le dan a la piel sus propiedades elásticas. En algunas personas, los rayos UVA causan alergias solares.
Rayos UVB
Los rayos UVB son los responsable del verdadero bronceado, ya que activan la síntesis de melanina, un pigmento protector de la piel, y puede durar varios días o incluso semanas. Pero esto rayos también pueden causar quemaduras de sol y eritemas solares. En resumen, broncean pero también queman.
El sol es el factor de envejecimiento externo de la piel más importante
La composición genética de cada uno nos hace reaccionar de manera distinta al sol. Por ello, aunque a largo plazo la aparición de manchas solares en la piel afecta a todos los tipos de piel, la piel clara suele estar menos equipada para defenderse de los rayos UV que la piel más oscura.
Los rayos ultravioletas aceleran el envejecimiento cutáneo porque dañan las células de nuestra piel y afectan a su cadena de ADN. De este modo, las células ya no son capaces funcionar correctamente, empiezan a producir menos melanina, colágeno y elastina. La piel de debilita, se vuelve más fina, más seca y menos elástica. Y entonces es cuando aparecen las arrugas. Por otra parte, las manchas aparecen cuando existe un exceso de producción de melanina.
El daño solar según la edad
Existen varias etapas en la vida que describen la evolución de los daños cutáneos. Esta clasificación, denominada Glogau, distingue cuatro etapas:
Etapa 1, de 28 a 35 años, de fotoenvejecimiento ligero: La superficie de la piel se altera muy poco y la piel puede carecer de luminosidad. No existe flacidez cutánea. Sólo aparecen algunas líneas de expresión.
Etapa 2, entre 35 y 50 años, de fotoenvejecimiento moderado: Aparecen alguna manchas cutáneas. La queratosis o engrosamiento de la piel no es visible, pero se puede percibir con el tacto. Aún no hay -o sólo un poco- de facidez cutánea. Aparecen arrugas superficiales. Pueden aparecer ligeras anomalías en la circulación y en la pigmentación.
Etapa 3, entre 50 y 65 años, de fotoenvejecimiento avanzado: La queratosis es visible. La flacidez de la piel es moderada y las arrugas también son visibles. Se empiezan a notar las anomalías en la circulación y en la pigmentación.
Etapa 4, de 28 a 35 años, de fotoenvejecimiento grave: Las arrugas son profundas, están marcadas y aparece la queratosis solar (engrosamiento de la piel debido al sol). Existe la posibilidad de lesiones cancerosas. La flacidez de la piel es importante. Las anomalías en la circulación y en la pigmentación son importantes.
Por eso es tan importante protegerse usando productos solares con una alta protección en toda ocasión, incluso fuera de las playas y fuera de la temporada.