Con la edad nuestro aporte de colágeno disminuye. El colágeno es la principal proteína del cuerpo. Está en todas partes. En los huesos, en el estómago, en los dientes, en los músculos. En todas partes. Y el cuerpo lo genera cada día, pero con el paso del tiempo esta producción se ralentiza. Él solo constituye entre el 80% y el 90% del peso seco de la piel cuando se excluye el agua. Se parece a una triple hélice, es decir, una estructura en espiral compuesta por tres cadenas de una centena de aminoácidos aproximadamente. El colágeno y el agua forman la mayor parte de la piel.
Pero, ¿para qué sirve el colágeno? Igual que el cuerpo lo utiliza para crear músculo, el colágeno también aporta a nuestra piel la elasticidad y la firmeza que necesita.
La pérdida de colágeno anual del 1% es en realidad la cantidad mínima. La reducción de colágeno puede acelerarse por el foto envejecimiento, la contaminación, el tabaco y la alimentación. Además, los rayos UV estimulan las enzimas que descomponen el colágeno También con la edad, el tamaño del colágeno, generalmente una proteína grande, disminuye. Como cabría esperar, dado su importante papel en la sujeción, esta degradación de colágeno se refleja en la piel, aumentando su rigidez y reduciendo su flexibilidad.
Pero, ¿Podemos compensar la pérdida de colágeno?
Es completamente natural que el colágeno de la piel disminuya con la edad. Sin embargo, con tomar decisiones muy sencillas sobre el cuidado de la piel diario, podemos corregir los signos de su pérdida.
Cada vez más pruebas sugieren que podemos rellenar nuestra piel de colágeno, o al menos ralentizar su pérdida o destrucción con una alimentación para un colágeno sano (de entrada, limitando el azúcar) y si evitamos la sobreexposición al sol. El cuidado de la piel que protege el colágeno también puede ejercer una función doble al defender el colágeno ya presente y, al mismo tiempo, estimular la piel para que produzca más. Forté Pharma Expert Hialurónico es un complemento alimenticio que gracias a su fórmula que aporta 2000 mg de colágeno entre otros principios activos, ayudan a tu piel a mantenerse lisa, hidratada y reafirmada desde el interior, evitando la pérdida de elasticidad de la piel que se produce con la edad.
Un complemento alimenticio como Forte Pharma Expert unido a unos cuidados básicos y rutina saludable conseguirán en su conjunto que tu piel se mantenga joven y luminosa.
El buen cuidado de la piel, como la protección solar y la limpieza suave, puede mantener la piel sana y radiante.
1. Protégete del sol: Una de las formas más importantes para cuidar la piel es protegerla del sol. Una vida de exposición al sol puede provocar arrugas, manchas de la edad y otros problemas de la piel, así como un aumento del riesgo de cáncer de piel.
Para obtener la protección solar más completa, usa protector solar. Utiliza un protector solar de amplio espectro que tenga un factor de protección solar de, al menos, 15. Colócate abundante cantidad de protector solar, y vuelve a aplicarlo cada dos horas —o con más frecuencia si estás nadando o transpirando—.
Busca lugares con sombra. Evita el sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos solares son más intensos.
Usa ropa de protección. Protégete la piel con prendas de tejidos ajustados y mangas largas, pantalones largos y sombreros de ala ancha. También ten en cuenta los productos para lavandería que pueden proporcionarle a la ropa una capa adicional de protección ultravioleta durante una cantidad determinada de lavados, o prendas especiales para protegerte del sol, que están especialmente diseñadas para bloquear los rayos ultravioletas.
2. No fumes
Fumar le da a tu piel un aspecto avejentado y contribuye a la formación de arrugas. Fumar estrecha los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en las capas más superficiales de la piel, lo que disminuye el flujo sanguíneo y da un aspecto más pálido a la piel. Esto también elimina el oxígeno y los nutrientes que son importantes para la buena salud de la piel.
Fumar también daña el colágeno y la elastina, las fibras que le aportan fortaleza y elasticidad a la piel. Además, las expresiones faciales reiteradas que haces cuando fumas, por ejemplo, fruncir los labios al inhalar y entrecerrar los ojos para exhalar el humo, pueden contribuir a la formación de arrugas.
3. Trata tu piel con suavidad. La limpieza y el afeitado diarios pueden perjudicar tu piel. Para tratarla con suavidad:
Limita la duración del baño. El agua caliente y las duchas o baños prolongados eliminan los aceites naturales de la piel. Limita la duración del baño o de la ducha y usa agua tibia en lugar de agua caliente. Evita los jabones fuertes. Los jabones y detergentes fuertes pueden eliminar los aceites naturales de la piel. En su lugar, usa limpiadores suaves.
Aféitate con cuidado. Para proteger y lubricar la piel, aplica crema, loción o gel de afeitar antes de afeitarte. Para una afeitada más al ras, usa una afeitadora limpia y afilada. Aféitate en la dirección en que crece el pelo, no a contrapelo.
Sécate con golpecitos. Después de lavarte o bañarte, sécate la piel suavemente con una toalla dando pequeños toques para que quede algo de humedad en la piel.
Humecta la piel seca. Si tienes piel seca, usa un humectante que se adapte a tu tipo de piel. Para el uso diario, considera un humectante que contenga factor de protección solar.
4. Lleva una dieta saludable
Una dieta saludable puede ayudarte a verte y sentirte mejor. Come muchas frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. La asociación entre la dieta y el acné no está clara, pero algunas investigaciones sugieren que una dieta con alto contenido de aceite de pescado o suplementos de aceite de pescado y baja en grasas no saludables y carbohidratos procesados o refinados podría promover una piel más joven. Beber mucha agua ayuda a mantener la piel hidratada.
5. Controla el estrés
Cuando el estrés está fuera de control, la piel puede volverse más sensible y se pueden desencadenar brotes de acné y otros problemas cutáneos. Para fomentar una piel sana, y un estado de ánimo sano, toma medidas para controlar el estrés. Duerme lo suficiente, fija límites razonables, recorta tu lista de tareas pendientes y encuentra tiempo para hacer las cosas que disfrutas. Los resultados podrían ser más significativos de lo que esperas.