En Farmacia Frías sabemos que en verano, además de disfrutar de un montón de actividades que podemos realizar gracias a las altas temperaturas y de la mayor cantidad de horas de sol que recibimos, sabemos que estas situaciones pueden volverse en nuestra contra y provocarnos algo conocido como golpe de calor.
Las temperaturas de verano suelen ser agradables, pero no debemos abusar ya que si nuestra temperatura corporal sube a unos 40ºC podemos sufrir este problema.
Nuestro cuerpo tiene una temperatura normal de 37ºC y dispone de mecanismos para regular nuestra temperatura corporal como puede ser el sudor. Si sufrimos variaciones externas lo notaremos en gran medida, y si padecemos un golpe de calor esos mecanismos podrían dejar te funcionar provocando que se suba la temperatura corporal, se pierda mucho líquido corporal e incluso se eleven las posibilidades de padecer daños neurológicos que podrían causar hasta la muerte.
La temperatura a la que se puede sufrir el golpe de calor podría variar de una persona a otra, y suele existir un mayor riesgo en niños menores de 6 meses o en personas mayores de 65 años, aunque los turistas que viajan a zonas mucho más cálidas que su lugar de origen suelen ser muy propensos a padecer golpe de calor.
Al sufrir un golpe de calor, podemos encontrar síntomas como:
– Mareos, confusión, desorientación
– Exceso de sudor
– Sequedad de piel
– Fiebre con temperaturas mayores a 39,4ºC
– Ritmo cardíaco rápido y débil.
– Dolor de cabeza
– Inconsciencia.
– Convulsiones.
– Vómitos.
Para prevenir este problema, es aconsejable tomar medidas como beber muchos líquidos para mantenerse bien hidratados, usar ropa ligera, de algodón y con colores claros, evitar los cambios bruscos de temperatura, comer y beber comidas ligeras y frescas o descansar adecuadamente tras realizar ejercicios o trabajos que requieran esfuerzo físico.