Cargado con bolsas de compras caminas por el centro de tu ciudad. A un lado coloridos escaparates con decoración navideña, al otro un árbol de Navidad y, justo sobre ti, las luces que decoran las calles. Huele a castañas asadas y churros con chocolate caliente. Suenan los mismos villancicos de todos los años y te ves rodeado de gente que tiene en mente lo mismo que tú: las Navidades. Una de las épocas del año más bonitas, pero de la que mucha gente no disfruta debido al estrés y la falta de tiempo.
Miles de pensamientos suelen rondar por la cabeza de la gente en estas fechas. Si se tienen todos los regalos, qué recetas elegir para las cenas, cuándo visitar a quién… Estos pensamientosinundan la mente de muchas personas antes de las fiestas. Es en ese momento, cuando el estrés navideño empieza a hacerse patente.
Sólo es posible librarse del estrés previo a la Navidad cuando ya han pasado los días de fiesta y el día a día vuelve a la normalidad. Y eso que muchas personas se proponen firmemente cada año dejar de estresarse y disfrutar de verdad de la atmósfera navideña. Pero, ¿existe alguna forma de disfrutar de unos días de tranquilidad en diciembre?
Por un lado un buen manejo del estrés es una ventaja. Si se mantiene la mente clara, se sabe lo que hay que hacer y se planea en consecuencia, el caos y el estrés de la Navidad ni llega a aparecer. Por otro lado, es muy importante, en especial en estas fechas, el tener un tiempo de descanso para coger fuerzas, aunque solo sean un par de minutos.
Una tarde frente a un té o un chocolate, a la luz de las velas y disfrutando de unas pastas de Navidad. Así es como debería ser esta época para muchos. Es importante tomarse su tiempo para prepararse para las fiestas. Un baño relajante también puede ayudar a tranquilizar el ánimo.
No solo el descanso puede ser liberador y relajante, el ejercicio también lo es. Un paseo a temperatura invernal, con la ropa apropiada, puede ser muy divertido.